EDUCACIÓN

Educación emocional desde pequeños

Qué limitada es la educación que estamos dando a los niños! Aunque pueda parecer que no, la educación de los niños está muy coja. Quizás pueda parecer que lenguaje, matemáticas, ciencias naturales y sociales y educación física es más que suficiente para preparar a nuestros niños a enfrentarse a la vida.

Habrá quién piense: a la escuela se va a adquirir conocimientos académicos y en casa es dónde uno aprende a ser persona.

De verdad la sociedad puede delegar en los padres la responsabilidad de enseñar a los niños a ser personas? Yo creo que no.

Habrá padres estupendos muy capaces de ello pero… todos lo son? No hay carnet de madre ni padre así que nadie garantiza que un ser humano que crea a otro ser humano sea capaz de hacer de ese nuevo ser una persona educada o preparada para la vida. Cómo vamos a pretender que personas a las que educaron mal, eduquen bien?

Qué entendemos por ser persona? Por educar bien? Por estar preparado para la vida? Para mi, ser persona, es muchas cosas: capacidad para pensar con la mente abierta, para ser autónomo y responsable, es tener claros unos valores y principios que rijan nuestras decisiones, es ser ético, es saber quererse a si mismo y a los demás, es respetar y ser tolerante… y muchísimas cosas más.

Hay personas que aprenden eso en casa, otros tienen la capacidad para adquirir esos aprendizajes fuera de casa rechazando aprendizajes negativos y otros…. no lo aprenden nunca. No vamos a juzgar a esas personas que no fueron bien educadas, no tienen culpa. Juzguemos a una sociedad que no se ha dado cuenta o no ha querido darse cuenta de que estamos educando de manera muy pobre.

La psicología ha avanzado a pasos grandes en los últimos tiempos. Hemos logrado un gran conocimiento sobre el funcionamiento de la conducta humana (aunque aún quede un infinito de cosas por conocer) pero todo ese conocimiento tan valioso para hacer del ser humano una especie mejor no se está utilizando ni transmitiendo a las nuevas generaciones de manera global. Esos conocimientos parece que sólo llegan a personas o grupos pequeños de personas que están interesadas en ello.

Ha llegado la hora de que las instituciones tomen conciencia de que debemos ampliar la educación de nuestros futuros adultos. De tomar conciencia de cuán limitada es la que estamos dando y hasta dónde podríamos llegar.

Estamos educando niños sin preocuparnos de su autoestima y autoconfianza; aspecto crucial para que una persona sea feliz. La felicidad está en lo más alto de la pirámide de las necesidades de Maslow y vamos dando palos de ciego para encontrarla. Llevamos a cabo acciones siempre en busca de la felicidad pero muchas de ellas son incorrectas, van en dirección contraria sin que nos demos cuenta, y podemos hacernos daño a nosotros mismos y a los demás.

Estamos educando niños que no saben qué son las emociones ni qué hacer con ellas. El ser humano siempre va a tener emociones tanto positivas como negativas. Las positivas genial, no hay de qué preocuparse, pero las negativas también están ahí e ignorarlas no nos va a traer más que problemas. Necesitamos que los niños aprendan a identificar emociones propias y ajenas y saber qué hacer con ellas para sacarles provecho en lugar de sacar cosas negativas. Tristeza, rabia, frustración y muchas más, son emociones que van a estar ahí sí o sí en determinados momentos. Y no hay que eliminarlas (tampoco podríamos), porque son útiles, te avisan de que algo va mal y lo que hay que hacer es solucionar lo que va mal y la emoción se irá o permanecerá el tiempo que sea necesario hasta que hagamos algo correcto con ella.

No estamos enseñando a los niños a tener pensamiento crítico, ni a desarrollar valores ni principios propios y por tanto, son carne de cañón de los medios de comunicación, del marketing y de las modas. Son totalmente manipulables y moldeables.

No estamos dejando espacio en las aulas para la curiosidad y la creatividad. Las dos cosas más maravillosas del mundo y del ser humano son la capacidad para adquirir nuevos conocimientos, para descubrir e inventar y la capacidad de hacer arte. La ciencia nos deja conocer cada vez mejor la realidad que nos rodea y nos permite adaptarnos a ella y que ella se adapte a nosotros y el arte es capaz de transportarnos más allá de la realidad. Esos dos aspectos hacen del ser humano algo magnífico y excepcional. Bien, pues no le estamos sacando todo el potencial que tenemos para ello. En lugar de potenciar la curiosidad y la creatividad, hacemos todo lo contrario. Educamos niños cual cadena industrial, todos iguales, sin dejar espacio a la excepcionalidad de cada uno.

Resultado de imagen de adolescentes en clase

Si tu no eres conocedor y dueño de tu autoestima, de tus emociones, de tus valores y de tus principios alguien se adueñará de ellos. Quién lo haga, lo hará para su propio beneficio y estarás siendo utilizado quién sabe para qué. Las empresas te manipularán para obtener más beneficios, los políticos para obtener poder, y las personas de tu entorno para lograr su propia felicidad y no la tuya (aunque ni siquiera se den cuenta).

Si no dejamos espacio a la curiosidad, creatividad y excepcionalidad de cada niño quién sabe todo lo que la humanidad se está perdiendo.

Así nos va y así nos seguirá yendo si no se produce un cambio educacional.